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IDC analiza el impacto del COVID-19 en la impresión digital

  • Publicado el 20 de Abril de 2020
  • Isabel Tovar

El estallido del COVID-19 ha tenido repercusiones en numerosas zonas geográficas de todo el mundo. La cuarentena para reducir al mínimo la propagación ha tenido efectos de gran alcance en las capacidades de producción en todo el mundo, ya que las fábricas se enfrentan, entre otros retos, a la escasez de mano de obra.

Desde IDC se han identificado las siguientes oportunidades en el mercado de impresión digital derivadas de la pandemia:

1) La impresión 3D llega al rescate ya que la gente no puede llegar a las fábricas.

A pesar del significativo entusiasmo que rodea a la impresión 3D, la adopción de masa crítica se ha retrasado debido a la limitada velocidad de impresión y al rápido surgimiento de la robótica en China. COVID-19 ha infligido una importante ralentización de la capacidad de fabricación de China debido a las cuarentenas y a la restricción del movimiento de personas, lo que ha afectado parcialmente a las fábricas de suministros médicos.

Esto ha dado a la impresión 3D una oportunidad única de llegar al rescate. Los proveedores han podido producir y entregar rápidamente suministros médicos de socorro (gafas, piezas para equipos médicos, equipos de aislamiento, etc.) para compensar la ralentización. Y lo que es más importante, la crisis ha puesto en primer plano en el escenario mundial la propuesta de valor de la impresión 3D (reducción de los plazos de entrega, personalización, automatización de los flujos de trabajo, etc.), al tiempo que se ha restablecido la capacidad de fabricación de China y otros países. IDC cree que la adopción de la impresión 3D sufrirá una transformación desde la creación de prototipos a la fabricación de piezas a un ritmo más rápido durante y después del brote.

IDC analiza el impacto del COVID-19 en la impresión digital

2) Oportunidades de crecimiento contractual para los proveedores de servicios de impresión en tiempos de crisis.

El brote de COVID-19 presenta tanto retos significativos como oportunidades para proveedores y distribuidores de servicios de impresión básica (BPS) y servicios de impresión administrados (MPS). La adopción de ambos servicios ha sido lenta debido a las preocupaciones de seguridad de los clientes con respecto al flujo de datos desde los servidores de monitoreo remoto en las instalaciones a los servidores alojados por los proveedores en el extranjero.

Los distribuidores también han dudado en instalar la vigilancia remota en los locales de los clientes debido a preocupaciones similares. Esto ha dado lugar a que los proveedores de servicios tengan que recurrir a medios analógicos para atender a sus clientes, entre ellos, la comprobación física de los contadores de impresión de los dispositivos para la facturación del cobro por clic o llamadas a los clientes para preguntarles si necesitan un servicio de tóner.

IDC opina que, dadas las restricciones al movimiento de personas en los diferentes países, la construcción de un sistema de monitoreo remoto terrestre podría ayudar mucho a servir mejor a los clientes de BPS y MPS, construyendo así un ecosistema para apoyar mejor tanto a éstos como a los proveedores de servicios.

Aunque la cuarentena comienza a levantarse parcialmente en algunas regiones, el movimiento de personas todavía plantea un riesgo de transmisión del virus. Por ello, según IDC, la vigilancia remota terrestre de los dispositivos asegurará la recopilación automatizada de la información necesaria en fechas preestablecidas con una mínima intervención humana. Además, ayudará a reducir al mínimo el movimiento innecesario del personal de servicio; sólo se atenderán en persona las urgencias, atendiendo por videollamada o teléfono aquellos casos no urgentes y los suministros se entregarán y dejarán en la puerta del cliente.

3) La impresión digital destaca por su capacidad de ofrecer tiradas más cortas, gran flexibilidad y capacidad de personalización.

Aunque los cierres de las imprentas tradicionales y la restricción del trabajo pueden haber empañado las perspectivas de producción, las imprentas digitales han podido reaccionar con rapidez para recuperar el retraso y demostrar el valor de la impresión digital, apoyando no sólo la impresión de manuales y folletos contra la pandemia, sino también la fabricación de etiquetas y envases farmacéuticos.

Además de poder realizar tiradas cortas de trabajos de impresión muy personalizados en una variedad de materiales y etiquetas diferentes, la impresión digital tiene la ventaja añadida de que su funcionamiento es más sencillo y requiere menos trabajadores, un beneficio bienvenido en esta época de escasez de mano de obra. Al pasar de un proceso analógico a uno totalmente digital, se pueden ahorrar costes de tiempo y material, y se puede encargar a un solo trabajador de la fábrica que se ocupe de varias máquinas y trabajos simultáneamente para optimizar la mano de obra.

En su conjunto, IDC opina que el brote de COVID-19 está sirviendo como escaparate de las ventajas de pasar a lo digital, mejorando un ecosistema que es resistente, dinámico y rentable en beneficio tanto de los proveedores de servicios como de los usuarios finales.

Isabel Tovar

Analista IDC

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