La lata de alimentos de hojalata: una solución preparada para el futuro conforme al Reglamento sobre envases y residuos de envases
- Publicado el 28 de Julio de 2025
Robusta, segura y apta para la economía circular: la lata de alimentos es una de las soluciones de envase más fiables del mundo. Su envoltorio resistente de hojalata protege los alimentos de forma eficaz de la luz, el oxígeno y la humedad, prolongando así su vida útil. Mantiene las vitaminas y los minerales en estado óptimo, así como el sabor.

Sin embargo, las características de la lata de alimentos no se limitan a la protección: también marcan el camino de la economía circular. Es especialmente reciclable, por lo que contribuye de forma esencial a la protección de los recursos naturales. Son precisamente estas cualidades las que cobran aún más relevancia en el contexto del nuevo Reglamento europeo sobre envases y residuos de envases (Packaging and Packaging Waste Regulation – PPWR).
El 11 de febrero de 2025 entró en vigor el PPWR; a partir del 12 de agosto de 2026 sus requisitos son vinculantes para todos los Estados miembros de la Unión Europea. El objetivo del Reglamento es mermar las repercusiones de los envases en el medioambiente, reducir los residuos de envases y fomentar la economía circular en toda Europa. El fondo del Reglamento lo constituyen los requisitos de reciclabilidad de los envases.
Nuevo sistema de evaluación del reciclaje: los envases de hojalata obtienen puntuaciones elevadas en reciclabilidad
El nuevo Reglamento introduce un sistema de evaluación en tres calidades a partir de 2030. Los envases de calidad A deberán ser reciclables al menos en un 95 %, los de calidad B requerirán una reciclabilidad del 80 % y los de calidad C, del 70 % como mínimo. A partir del año 2038 no se podrán introducir en el mercado aquellos envases situados por debajo del 80 % de reciclabilidad. En el caso de la lata de alimentos, su reciclabilidad ya supera el 95 %, ya que está compuesta casi exclusivamente de hojalata, y el barniz o la etiqueta de papel representan un porcentaje mínimo del peso total.
Adicionalmente a los requisitos técnicos de reciclabilidad, el PPWR define cuotas claras para el reciclaje efectivo: desde el 31 de diciembre de 2025 habrá que reciclar el 65 % de todos los envases en la Unión Europea. Para ello, se han establecido porcentajes mínimos para los diversos materiales de envase que, por ejemplo, para el plástico y el aluminio se fijan en el 50 %. Para la hojalata y el vidrio se sitúan en el 70 % y en el 75 % para el papel y el cartón.
A partir de 2030, estos objetivos se incrementarán en otros cinco a diez puntos porcentuales. «La buena noticia es que la hojalata actualmente ya cumple de sobra con los requisitos de la cuota de reciclaje. En la UE, actualmente se recicla el 82 % de todos los envases de hojalata. Por lo tanto, ya se superan los requisitos del PPWR para 2030», indica Carmen Tschage, responsable de comunicaciones y desarrollo de mercado de thyssenkrupp Rasselstein.

El nuevo Reglamento europeo refuerza la economía circular y la concienciación del consumidor
En Europa sigue habiendo un exceso de residuos de envases que se recicla mal o no se puede reciclar. En opinión de Carmen Tschage, el PPWR es un aviso importante para todo el sector del envase: «El nuevo Reglamento sobre los envases crea estándares unitarios para toda la Unión Europea. Refuerza la concienciación sobre la protección de los recursos y ofrece una orientación clara para los fabricantes y consumidores. Los envases como la lata de alimentos de hojalata demuestran que, actualmente, ya existen soluciones para la circularidad del sector del envase». Y añade: «Existen otros envases que, a fecha de hoy, no cumplen con los requisitos nuevos de reciclabilidad. En especial, aquellos fabricados con materiales compuestos, que generalmente se componen de capas de papel, aluminio o diversos polímeros que no se separan con facilidad».
La hojalata es especialmente idónea para el reciclaje múltiple
Para los consumidores, el reciclaje también es un factor esencial, ya que la sostenibilidad es un criterio primordial en la decisión de compra. Lo demuestra una encuesta representativa que encargó thyssenkrupp Rasselstein en 2020 en colaboración con el instituto demoscópico YouGov en Alemania: el 41 % de los encuestados indicaron que la sostenibilidad del envase influía de forma determinante en su decisión de compra.
Que el material se pueda reutilizar repetitivamente y sin pérdida en la calidad es decisivo para un proceso de reciclaje sostenible. En este punto es donde la hojalata convence mediante su capacidad de reciclaje múltiple. Por una parte, se separa con facilidad de otros materiales gracias a sus características magnéticas, lo que confiere especial eficacia a la clasificación de los envases. Por otra, significa que el material del acero para envases ya reciclado se puede volver a emplear una y otra vez.
«La hojalata es un material permanente en un ciclo cerrado del material, reciclable casi al 100 % una y otra vez, sin downcycling, esto es, sin pérdida de calidad» resalta Tschage. «En cambio, otros materiales de envase pierden calidad en cada ciclo y solo se pueden reciclar un número limitado de veces; se van perdiendo inevitablemente a lo largo del tiempo». Mientras, alrededor del 84 % del acero producido en cualquier momento sigue en uso hoy en día gracias a su capacidad de reutilización y su durabilidad.
También los consumidores cumplen una función importante en el proceso de reciclaje: solo si los envases de hojalata se desechan correctamente en el contenedor amarillo se pueden clasificar de forma eficiente para introducirlos en un nuevo ciclo. Después de la preparación, la chatarra de hojalata, limpia en gran medida, se transfiere a la acería, donde se puede fundir sin pérdida de calidad con otras chatarras de acero y con hierro bruto de los altos hornos para convertirla en acero bruto. Con los pasos de transformación posteriores, específicos del producto, se vuelve a conformar un producto de acero de calidad, que podría ser desde una carrocería de coche hasta una viga de acero, pasando por un nuevo envase. Por este motivo, se podría calificar a toda acería como planta de reciclaje. El ciclo de los materiales se cierra.
Este proceso protege los recursos y convierte la lata para alimentos en una opción de envase resistente y sostenible. El empleo de una tonelada de chatarra de hierro y acero ahorra 1,6 toneladas de mineral de hierro, 0,65 toneladas de carbón y 0,3 toneladas de piedra caliza. Además, mediante el empleo de chatarra se consume hasta un 70 % menos de energía para la producción de acero en comparación con la siderurgia primaria.

Gracias a las innovaciones, el acero para envases de Rasselstein abre nuevas vías para la reducción de emisiones de CO2
En forma del bluemint® Steel, thyssenkrupp Rasselstein produce acero para envases con las mismas características que la hojalata de producción corriente, pero con una reducción del 69 % en las emisiones de CO2 durante su producción. Con el uso de productos innovadores como el rasselstein® D&I Solid y el rasselstein® Solidflex, y sus opciones para disminuir los grosores, se alcanzan reducciones adicionales en las emisiones de CO2.
Campañas que llaman la atención del consumidor sobre las ventajas de la lata de hojalata
Con esta campaña, el acero para envases reclama con orgullo el papel que cumple como material reciclable puntero para envases: «Existe una mejora continua de las características positivas de los envases de hojalata, lo que puede y debe comunicarse», subraya Carmen Tschage. Estas campañas muestran: la lata de alimentos está a la vanguardia. No solo es parte de un circuito de reciclaje que funciona a la perfección, también reúne una fiabilidad intergeneracional probada con las exigencias modernas sobre diseño, comodidad y sostenibilidad. Con mensajes claros, la iniciativa de la MPE marca un hito para la lata como solución de envase preparada para el futuro que, con méritos propios, encuentra su sitio en el carrito de la compra del consumidor.
thyssenkrupp Rasselstein también sensibiliza al consumidor acerca del envase. Desde hace más de cuatro años, la empresa gestiona una plataforma de éxito denominada weissblech-kommt-weiter.de, dirigida directamente a los consumidores finales. Allí encuentran toda la información sobre la lata de alimentos. «A pesar de que haya aumentado mucho el interés en la fabricación y reutilización de los envases entre los consumidores finales, muchos siguen sin conocer las diferencias esenciales entre los diversos materiales. Aquí es donde entra en juego nuestra plataforma. Informamos y demostramos la sostenibilidad de la lata de alimentos con cifras, datos y textos informativos. Respondemos a las preguntas abiertas de los consumidores», concluye Carmen Tschage.
